Boris Johnson, primer ministro británico, ha anunciado el confinamiento de toda Inglaterra desde este jueves hasta el próximo 2 de diciembre por el elevado número de contagios de coronavirus que está experimentando el país en los últimos días.
“Quedémonos en casa, salvemos vidas”. Con estas palabras ha pedido Johnson a los ciudadanos que cooperen en la tarea de contener una pandemia que se dispara también en Reino Unido, donde ya Irlanda del Norte y Gales están confinados por los contagios.
Jonson, que ha dicho ser “consciente” del “daño” que supone el impacto de una medida así, ha asegurado que no puede “obviar” los gráficos que muestran proyecciones terroríficas, superando el número de contagios y de ingresos hospitalarios que se produjeron en la primera ola.
“El virus se está expandiendo más rápido de lo que imaginamos en el peor escenario”, ha reconocido Johnson, quien ha explicado su decisión asegurando que está en riesgo el sistema sanitario británico.
De hecho, el primer ministro ha llegado a decir que podría darse la circunstancia de que los sanitarios tuvieran que elegir entre “quién vive y quién muere” y que colapsar la sanidad supondría no atender a aquellos que necesitan cuidados pero no son enfermos de Covid.
“El virus se multiplica rápidamente y tenemos que tomar decisiones. No hay alternativa”, ha dicho Johnson.