De origen neurobiológico, el autismo afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral,lo que dificulta la comunicación, la interacción social, la flexibilidad de pensamiento y la conducta de las personas que lo sufren.
Sin embargo, las personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) no tienen retraso mental, altas capacidades ni tendencias violentas; y por supuesto, el autismo no está provocado por las vacunas.
“Hay otros muchos mitos que rodean las vacunas, parten de un supuesto efecto indeseable, casi siempre relacionado con la duda sobre algún aspecto de seguridad como que el mercurio de las vacunas produce autismo”, cuenta José Tuells, jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital del Vinalopó (Alicante).
En este sentido, un nuevo estudio, publicado en la revista Annals of Internal Medicine, concluye que la vacuna conjunta de la rubéola, varicela y sarampión (la triple vírica o MMR, por sus siglas en inglés), no provoca autismo.Tal y como recoge El País, esta tesis comenzó hace dos décadas tras la publicación de un artículo de Andrew Wakefield en 1998 en The Lancet, en el que sustentaba el hipotético vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo.
Por otro lado, un nuevo manual, editado por Autismo España, contrarresta otros mitos que rodean a las personas con autismo al mostrar las capacidades de las personas con TEA, como la meticulosidad, la curiosidad por temas muy específicos, la sinceridad y la honestidad.
Además, el autismo a menudo se confunde con trastornos obsesivos-compulsivos, muy habituales en niños, que se diferencian en que este tipo de trastornos se incluyen entre las neurosis y, por tanto, se pueden curar del todo. Al contrario que el TEA, que no tiene cura.
El objetivo de este documento es desmontar las falsas creencias en torno a la condición para su fácil identificación. Entre ellas destacan, por ejemplo, que el TEA sólo se presenta en la infancia, que sólo se presenta en hombres, o que las personas con autismo quieren permanecer aisladas o no se comunican.
“Todos debemos contribuir para dar una imagen social positiva del TEA, despejar prejuicios, favorecer la inclusión y normalización de un colectivo invisible que está deseando participar en la sociedad y desintegrar los estereotipos” , explica Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación.
1 de cada 100
El autismo es un trastorno que acompaña a la persona durante toda su vida, del que se desconoce con exactitud su origen, y cuyos signos más evidentes están relacionados con alteraciones en la comunicación, la interacción social y el lenguaje, que originan limitaciones en mayor o menor grado. Aunque sus manifestaciones y necesidades cambian en función de las distintas etapas del desarrollo y de las experiencias adquiridas.
Los estudios epidemiológicos señalan que 1 de cada 100 personas tiene un TEA y, por el momento, la atención temprana, la educación y la provisión de apoyos personalizados son los instrumentos disponibles que permiten mejorar sustancialmente su calidad de vida y la de sus familias.
No hay dos personas con TEA iguales; dependerá de su propio desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, así como de si presenta o no discapacidad intelectual asociada y también de su nivel de desarrollo del lenguaje.
4 hombres por cada mujer
A nivel mundial, los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran prevalencia de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) de acuerdo a la variable sexo, que es de cuatro hombres por cada mujer.
Los estudios actuales sobre el autismo reflejan las diferencias que presentan hombres y mujeres con TEA. En el caso de las mujeres, se manifiesta un mayor interés por las relaciones sociales y la comunicación, mayor simbolismo, que camuflan el trastorno. También las dificultades con respecto a la memoria, flexibilidad cognitiva, capacidad verbal, motivación y comunicación social son menos manifiestas en las mujeres con TEA y sin discapacidad intelectual.
50.000 niños en edad escolar tienen autismo en España
Según los datos aportados por Autismo España, el número de personas con autismo diagnosticadas es mayor en aquellas provincias en las que existe una potente asociación de familias. Estos grupos disponen de programas de detección y diagnóstico y desarrollan iniciativas de sensibilización y formación de los profesionales implicados.
“La prevalencia del autismo va en aumento y es preocupante. En España se calcula que hay entre 450.000 y 600.000 familias afectadas. Todos los niños tienen derecho a una educación de calidad y tratamientos eficaces. Nuestro objetivo es promover la formación y la capacitación de profesionales y mejorar la accesibilidad a través de iniciativas sociales”, explica Blanca Sáenz, fundadora de Abascool, centro de formación especializado en el tratamiento del autismo.
Cuándo acudir a un especialista
El TEA es un trastorno que se desarrolla en edades muy tempranas. Los primeros síntomas se detectan entre los 24 y 30 meses.
Las principales señales de alerta en un bebé son las siguientes: aparente sordera, falta de contacto ocular, falta de respuesta social, apego a rutinas, falta de interés en las relaciones sociales o dificultad de comunicación.
Actualmente, el diagnóstico de trastornos del espectro autista incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo y el síndrome de Asperger.
Un equipo interdisciplinar de 5-6 profesionales
Actualmente, el TEA no tiene cura. Pero el diagnóstico precoz, dentro de los tres primeros años de vida, junto con el inicio de una atención temprana especializada, tiene como resultado una mejor evolución del trastorno.
Estas personas necesitarán del apoyo constante y supervisión individualizada por un grupo interdisciplinar de profesionales: logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y/o educadores especiales.
¿Cuál es la mejor terapia?
Según la experta, las intervenciones analítico-conductuales, como el Análisis de Conducta Aplicado (ABA), cuentan con la mayor evidencia científica de eficacia y están recomendadas por las guías de buenas prácticas para el tratamiento de los trastornos del espectro autista.
El análisis de conducta aplicado, se diferencia de otras disciplinas, en su enfoque científico, habiendo demostrado ser efectivo en gran variedad de entornos. A través del empleo de los principios de la psicología del aprendizaje, promueve la adquisición de conductas socialmente relevantes y duraderas, mejorando la comunicación, las habilidades sociales y el aprendizaje, involucra al entorno y se basa en evaluaciones e intervenciones individualizadas, estructuradas y muy importante, medibles, para valorar el cumplimiento de los objetivos.
Realizar ciertos cambios en la dieta, y recurrir a otros métodos muy diferentes como la musicoterapia o la equinoterapia podrían ayudar a mejorar la calidad de vida y facilitan la integración social de los niños con TEA. Además, practicar este tipo de actividad desencadena mejoras en el área motora, cognitiva, emocional, sensorial y social de estos niños.
¿Conocías estos datos sobre el autismo? ¿Crees que son necesarias más campañas de sensibilización y divulgación?